Elecciones Parte I
Se llego el domingo 2 de julio, día de las elecciones, nos levantamos muy temprano con el único fin de ponernos guapos para asistir a la fiesta de la democracia. Credencial de elector en mano nos enfilamos a la casilla correspondiente a emitir voto y después a desayunar por ahí.
Llegamos, estaba ubicada en una escuela primaria, si eres mexicano sabrás todo el proceso, si no pues aquí haré una breve descripción. Te formas en la fila, el presidente de la casilla te pide tu credencial de elector, el secretario te da tres boletas, aunque en algunos estados fueron 5 y hasta 6, en mi estado solo se voto para presidente, para la renovación de la cámara de senadores y la cámara de diputados, con boletas en mano, te vas a una mampara donde nadie ve por quien votas “porque el voto es libre y secreto”, haces lo que tienes que hacer, sales y colocas cada boleta en la urna correspondiente, que pa mas datos son transparentes. Por cierto, este año las boletas eran de una calidad impresionante, el papel, la impresión, han de habernos costado una buena lana, casi traían holograma pa evitar falsificaciones.
En lo que tu votas, te registran en la lista nominal que ya votaste, también te registran en las listas de los partidos políticos que están de “observadores”, te manchan el pulgar con tinta indeleble que dura como 4 días, te dan tu credencial y a desayunar.
La jornada electoral estuvo tranquila, según el Instituto Federal Electoral de mas de 130 mil casillas, nomás no se instalaron 8.
Lo bueno se puso a eso de las 7 de la noche, según a esa hora, dirían quien iba a ser el mero mero petatero los próximos 6 años, y naranjas, el consejero presidente del IFE dijo que el camote estaba duro, que no había todavía, que le faltaba cocimiento, y que con mucho gusto a eso de las 10 de la noche –hora local- nos diría que tranza con ese pendientito. Se llegaron las 10 y pos dijo que de al tiro se había hecho bolas el engrudo y que pa no errarle quedaría todo como pa el miércoles en la tarde, y que los candidatos calladitos se veían mas bonitos, que se dejaran de cosas y que no anduvieran alborotando gente.
Mal acababa de hablar el consejero presidente del IFE cuando se arranco López Obrador, exigiendo su tequila y exigiendo su canción, quesque el era el mero bueno, que tenia los papeles que asi lo demostraban, y le revira Calderon que el era el ganon y ahora que era presidente le iba a dar chamba y todo el rollo. Cada uno contó como le fue en la feria. Todos nos quedamos con cara de quien no ve el final de la película, y nos fuimos a dormir con la zozobra y el desencanto.
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